Me han preguntado por el pasado y no supe contestar; ¿y ahora qué tal?, ¿cómo le ves?, ¿va mejor? Tiene mucho de pasado, pero también de presente, tiene algo de puñal y de lágrima, un poco de cada cosa. Supongo que era inevitable, pero siempre pensaré que algo más debí hacer. Ya no valen excusas ni perdones, simplemente cabe el olvido, el adiós. Me han repetido consejos, me han prohibido regodeos y dar demasiadas vueltas, pero sin querer a veces, y solo a veces, se vuelve un poco la mirada. Aunque no vea nada de lo que vi, ni de lo que me gustaría ver. Quisiera saber tantas cosas, hablar de tantas cosas, que ya ni siquiera importan. Me pregunto si todas las despedidas son para siempre, si para toda la vida me quedará algo de esta eterna pregunta sin respuesta, pero ya no importa; he aprendido a vivir sin formularla, solo queriendo avanzar por un sendero firme. Prometo aprender de esto, de los muchos errores, y prometo volver a cometerlos. Estoy hecha de ellos, soy así, equivocada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario